Los países que conforman el G20 importan 468.000 millones de dólares de productos vinculados a la esclavitud moderna anualmente, con el sector de la electrónica como protagonista.
La esclavitud moderna puede tener muchas formas y en la actualidad la conocemos a través de diferentes nombres: mano de obra forzada, explotación sexual, tráfico de personas, prácticas laborales similares a la esclavitud, venta y explotación infantil, etc. Aun así, en todas sus diversas formas se trata de «la eliminación sistemática de la libertad de una persona«, cuando no puede rechazar situaciones de explotación por amenazas, violencia directa, coacción o engaño. De este modo lo define el informe Global Slavery Index 2023, realizado por Walk Free, el cual resalta que 50 millones de personas han vivido en la esclavitud moderna en todo el mundo durante el año 2021 -10 millones de personas más en comparación a las cifras publicadas el 2018-. El estudio se ha llevado a cabo con datos procedentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Walk Free y la Organización Internacional para la Migración (OIM), que indican que de estos 50 millones de personas, 1 de cada 4 se trata de niños, mientras que el 54% son mujeres.
Una pràctica profundamente relacionada com el consumo de los países del Norte Global
Las causas de esta práctica son diversas, según apunta el informe, pero el consumo de los países del Norte Global está profundamente relacionado. Los datos indican que a pesar de que la mayor prevalencia de trabajos forzados se encuentra en países de renta más baja, estos están vinculados con la demanda de países de renta más alta. En este sentido, el informe destaca el papel ejercido por las naciones del G20, puesto que casi dos tercios de todos los casos de trabajos forzados están relacionados con cadenas de suministro mundiales, es decir, en la extracción de materias primas y en las fases de producción.
La electrónica, el sector que comercializa con más productos relacionados con la esclavitud
Los países que conforman el G20 importan 468.000 millones de dólares de productos vinculados a la esclavitud moderna anualmente, con el sector de la electrónica como protagonista. Esta industria continúa contando con el volumen de productos más alto (243.600 billones de dólares), seguido de las prendas de vestir (147.900 billones), el aceite de palma (19.700 billones), los paneles solares (14,8 billones), y otros productos textiles (12,7 billones).
El estudio también destaca que los productos electrónicos importados por los países del G20 de China y Malasia continúan siendo los de riesgo más alto, registrando también en Malasia casos de trabajos forzados en trabajadores y trabajadoras migrantes, procedentes de Bangladesh, Nepal, Myanmar e indonesia.
Propuestas y alternativas
El informe pide a los gobiernos de todo el mundo que tomen inmediatamente las siguientes cinco acciones clave:
– Poner en práctica medidas más ambiciosas para combatir el trabajo forzado en las cadenas de suministro públicas y privadas mediante la introducción de leyes para impedir que los gobiernos y las empresas adquieran bienes o servicios vinculados a la esclavitud moderna.
– Aprobación de medidas contra la esclavitud en las respuestas humanitarias y de crisis, y garantizar que los derechos humanos se integren en los esfuerzos para construir una economía ecológica.
– Priorizar los derechos humanos cuando se involucren con regímenes represivos, mediante la debida diligencia para asegurar que cualquier comercio, negocio o inversión no contribuya ni se beneficie del trabajo forzado impuesto por cualquier Estado o región.
– Centrarse en la prevención y la protección de las poblaciones vulnerables proporcionando educación primaria y secundaria a todos los niños y niñas.
– Garantizar una protección civil y penalti eficaz en la legislación para abordar el matrimonio forzoso e infantil.
Consulta el informe completo a través del sigüente enlace.