Cierra el Mobile Social Congress, un espacio imprescindible para visibilizar las vulneraciones de los derechos humanos y ambientales de la industria tecnológica

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  • El MSC, que organiza SETEM Catalunya, ha reunido especialistas de todas partes para reflexionar sobre el futuro de la digitalización, ante el creciente protagonismo de las tecnologías de la información
  • También se han puesto de manifiesto los abusos contra los derechos humanos que se esconden detrás de la minería y de las cadenas de suministro de la industria de la electrónica

El Mobile Social Congress (MSC), que se ha celebrado la misma semana que el Mobile World Congress, se consolida como un espacio imprescindible para dar a conocer los impactos de la industria tecnológica. El acontecimiento lo organiza SETEM Catalunya desde 2016.

El MSC, que ha tenido lugar del 27 de febrero al 2 de marzo en Barcelona, llega a su novena edición con el lema «High tech, low rights: qué coste real tiene la tecnología que consumimos?», especialmente los costes sociales y ambientales que implica la producción de electrónica y la creciente digitalización. Lo ha hecho analizando todos los eslabones de la cadena, desde la extracción de los minerales y materias primas necesarias para la producción de electrónica hasta el uso de los dispositivos y cuando estos, al cabo de muy poco tiempo, se convierten en residuos. También sobre los efectos de la digitalización en la salud mental de las personas que hacen uso de la tecnología digital.

La primera acción, fuera de programa, fue una ‘performance’ en las puertas del MWC, el lunes 26 de febrero, bajo el título «La mina a casa», que mostró cómo los efectos de la extracción de materias primas tradicionalmente externalizada en países del Sur global está aumentando, y también está afectando cada vez más países próximos.

El martes 27 arrancó el congreso con una de las novedades de la edición de este año, la emisión en directo de un episodio del podcast Carne Cruda en la sala Paral·lel 62, que contó con la participación de personas expertas en los efectos de los diferentes eslabones de la cadena de producción y consumo de la tecnología digital, con especial énfasis a los problemas derivados de los residuos electrónicos, el derecho a reparar y las iniciativas sociales y legislativas por la prevención de estos residuos.

El impacto de la extracción del litio en territorios indígenas

El programa continuó el jueves 29 con la proyección y cineforum del documental Antes del litio, de Costa Rica Producciones, elaborado con el apoyo del Ajuntament de Barcelona y el Observatorio Plurinacional de Salares Andinos. El documental muestra cómo, actualmente, en el norte argentino, hay activos varios proyectos mineros para la extracción de litio en salares y montañas, habitadas por comunidades que resisten ante el embate de las empresas y los gobiernos que quieren explotar estas zonas sin su consenso.

Participó Laura Fontana, de Alternativa Intercanvi amb Pobles Indígenes, con la moderación de la periodista Marta Molina, que reconoció que la alternativa clave es el decrecimiento, «lo que tenemos que cambiar es la perspectiva y transformar los parámetros de consumo», dijo, teniendo en cuenta que «el impacto que genera en territorios indígenas es alarmante», y que «hay que presionar a las administraciones para que incorporen esta mirada en sus decisiones».

Vulneración de los derechos humanos en la minería del cobalto

Después hubo la presentación del libro Cobalt Red, donde el escritor y activista Siddharth Kara revela los abusos contra los derechos humanos que se esconden detrás de la minería del cobalto en la República Democrática del Congo. Acompañado también de Marta Molina, Kara dijo que «Viajé varias veces a la República Democrática del Congo para documentar qué está pasando en estas minas de suministro del cobalto: lo que vi es el apocalipsis. Centenares de personas, también niños, en situaciones infrahumanas. Hurgando con las manos para conseguir cobalto lo más rápido posible. Tres cuartas partes del suministro del cobalto provienen del Congo, extraído en condiciones terribles. No solo es una violación de sus derechos humanos, también de su entorno».

El activista explicó que cuando compramos un aparato eléctrico no pensamos que está vinculado a la muerte de niños en el Congo, pero que esta es una realidad impuesta por las empresas tecnológicas, que no asumen las responsabilidades de lo que pasa en sus cadenas de suministro. «Las empresas, que están en lo alto de estas cadenas y provocan catástrofes en el Sur Global, tienen que garantizar dignidad: las personas que trabajan al final de la cadena merecen la misma dignidad y los mismos derechos que los trabajadores de las sedes de estas tecnológicas», añadía Kara.

Monitorización de fábricas en China

Para reflexionar sobre las vulneraciones de derechos humanos que se esconden en las cadenas de suministro de la industria de la electrónica y las condiciones laborales en las cuales se trabaja en las fábricas de producción de aparatos eléctricos y electrónicos, Dimitri Kessler, del Economic Rights Institute, habló de la monitorización de fábricas en China. Se identifica un ambiente punitivo para no retardar la producción, pero Kessler asegura que «si hacemos que las empresas sean responsables de sus acciones, su comportamiento cambiará». También explicó qué obstáculos y dificultades encuentran las entidades que intentan hacer tareas de monitorización y de diálogo con las fábricas del gigante chino, un país marcado por una fuerte represión.

Justicia digital

La jornada del jueves se cerró con una mesa redonda sobre justicia digital. La electrónica y en concreto las tecnologías de la información han ganado un creciente protagonismo en los últimos años. En esta novena edición del MSC, SETEM Catalunya quiso reflexionar sobre qué futuro queremos: tenemos que aceptar a cualquier precio la digitalización?

En la mesa redonda participaron Leandro Navarro, de la Universitat Politècnica de Catalunya, sobre identidad y credenciales verificables por la justicia global; Corion Crider, de Foxglove, que habló sobre cómo hacer frente a los gigantes tecnológicos. Sofia Trejo, finalmente, de Barcelona Supercomuting Center, se adentró en el mundo de la inteligencia artificial, para hablar sobre justicia social y ambiental.

Navarro aseguró que las máquinas y las herramientas reproducen el que somos nosotros, «como no tienen que ser racistas o machistas si nosotros lo somos? No lo podemos extraer quirúrigicament».

Crider, por su parte, explicó que un tercio del planeta se conecta a estas plataformas cada día: Facebook, YouTube, Instagram… «Sin el trabajo de moderadores de contenido las redes sociales estarían llenas de terrorismo, pedofilia y otro contenido tóxico. Las redes serían mucho peores, serían un espacio terrible. No dejaríamos que los adolescentes se acercaran, y las empresas no querrían publicitar nada. Todo el beneficio de las empresas se evaporaría. Aun así las empresas del big tech no están garantizando sus derechos laborales».

Trejo añadió que las predicciones mediante inteligencia artificial no son automáticamente ni científicas, ni objetivas, ni ciertas. «En realidad estos sistemas reproducen y amplifican patrones históricos. Los grupos más afectados son los discriminados históricamente: en particular las mujeres y las minorías. Lo que estamos haciendo es generar potenciales formas de violencia y discriminación a gran escala».

Infancia y pantallas

El MSC se cerró el sábado 2 de marzo con una jornada sobre Infancia y Pantallas, en la cual Mercè Botella, de Som Conexión, presentó la Guía para familias crueles y malvadas, en la cual explica de qué manera introducir el primer móvil y cómo hacer el acompañamiento, cuál es la mejor edad para hacerlo, y porqué: «en la guía hablo desde mi experiencia personal con mis hijas; de esto ya hace más de 10 años, y entonces no se hablaba de este tema». Xavier Casanovas, de la Plataforma Adolescencia Libre de Móvil, habló sobre cómo se empezó a organizar este movimiento de familias que ahora ya está presente en todo el estado y qué objetivos tiene, y habló sobre el uso del móvil en los institutos y por qué hay que regularlo: «la sociedad estaba esperando que surgiera un movimiento como este; no necesitamos evidencias científicas sobre cómo afecta el uso del móvil al desarrollo de los niños y adolescentes, la intuición ya nos hace ver que algo no está funcionando (…) queremos retrasar el uso del primer smartphone (…) muchas funciones se pueden cubrir con un móvil que no sea inteligente. El escritor Sergi Onorato presentó la Guía Ayuno Digital, y también expuso las razones por las cuales es relevante que nos replanteemos qué relación tenemos las adultas con nuestros teléfonos móviles: «nos tenemos que plantear el modelo productivista promovido por el capitalismo en el cual todo el rato tenemos que estar haciendo cosas; quizás no hay que escuchar un podcast mientras estás cocinando; necesitamos recuperar los momentos en los cuales tenemos espacio para pensar y crear por nosotros mismos».

Más allá del MSC

El Mobile Social Congress se engloba dentro de la campaña de electrónica justa de SETEM Catalunya -con el apoyo del Ajuntament de Barcelona, y de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament- por lo cual desde la entidad han insistido sobre la necesidad de seguir impulsando espacios de encuentro, sensibilización y de formación colectiva más allá del MSC. A lo largo del año la entidad ofrece talleres y formaciones para niños y jóvenes sobre estos aspectos. También publica y difunde tanto investigaciones como informes sobre el impacto del sector tecnológico. Otro de los retos de SETEM Catalunya es incidir en las administraciones públicas para que adopten criterios de Compra Pública Socialmente Responsable y para que exijan responsabilidades a las empresas transnacionales en el suyo respecto a los derechos humanos.

 

Descarga fotografías en este enlace.

 

Más información y gestión de entrevistas:

Sara Blázquez | 679 86 45 18 | sara@diesdagost.cat

Josep Comajoan | 699 18 05 46 | josep@diesdagost.cat

 

Nueva legislación de la UE hará más asequible la reparación de determinados productos – activistas impulsan la generalización del derecho a reparar

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La coalición Right to Repair Europe, que representa a más de 130 organizaciones, celebra que las consumidoras europeas vayan a tener un mejor acceso a reparaciones asequibles para determinados productos, pero insta a que las normas sean más amplias.

El jueves, los legisladores de la UE alcanzaron un acuerdo sobre nuevas normas de reparación. La nueva ley apoya la reparación independiente y mejora el acceso de las consumidoras a opciones de reparación asequibles, introduciendo normas sobre precios razonables de las piezas originales y prohibiendo las prácticas de software que impiden la reparación independiente y el uso de piezas de recambio compatibles y reutilizadas. Las activistas aplauden este paso en la dirección correcta para una reparación asequible.

Sin embargo, esta norma sólo es aplicable a los productos para los que la legislación de la UE establece requisitos de reparabilidad [2]. Para estas pocas categorías de productos, los fabricantes estarán obligados por primera vez a ofrecer opciones de reparación más allá del periodo de garantía legal de dos años. Right to Repair Europe exige una legislación más amplia sobre el derecho a reparación que abarque más categorías de productos durante la próxima legislatura. Lamentablemente, la ley actual tampoco ofrece un acceso más amplio a más información sobre reparaciones y más piezas de recambio, ni da prioridad a la reparación dentro del marco de la garantía legal.

La Comisión Europea introducirá una plataforma europea en línea con una lista de soluciones de reparación y recompra en los Estados miembros y presupuestos armonizados, lo que aumentará la visibilidad de las opciones de reparación y la transparencia de sus costes. La UE también anima a los Estados miembros a introducir fondos y bonos de reparación, que han demostrado ser una estrategia viable para mejorar la asequibilidad de las reparaciones. Además, se han dado pequeños pasos para hacer más atractiva la reparación bajo garantía.

Pequeñas victorias con menores repercusiones

La nueva ley obliga a los vendedores a proponer reparaciones si los productos fallan durante el periodo de garantía legal, acompañadas de una prórroga de un año de la garantía tras la reparación. Aunque ha tenido una acogida positiva, el incentivo sigue siendo inferior a la oferta de sustitución, que actualmente viene acompañada de una cobertura adicional de dos años de garantía legal. Por tanto, es más probable que los consumidores opten por la sustitución que por la reparación.

La Comisión Europea creará una plataforma en línea que ayude a las consumidoras a localizar opciones de reparación cercanas, aumentando la visibilidad de las reparaciones.

A petición de la consumidora, las reparadoras podrán optar por presentar un presupuesto armonizado de reparación denominado «Formulario Europeo de Información sobre Reparación», que incluirá información vinculante como el tipo de reparación sugerida y su precio o, si no puede calcularse el coste exacto, el método de cálculo aplicable y el precio máximo de la reparación.

Right to Repair Europe hará un seguimiento con un análisis más detallado de la legislación una vez que tengamos acceso al texto legal aprobado.

Cristina Ganapini, coordinadora de la coalición Right to Repair Europe, ha declarado: «Los pasos dados hacia unas reparaciones asequibles son una victoria para nuestra coalición, que representa el futuro de la economía europea de la reparación. Esto se debe también al Parlamento de la UE, en particular a los incansables esfuerzos del eurodiputado René Repasi contra los retrocesos. La próxima Comisión de la UE debe recoger el testigo y seguir trabajando en el diseño ecológico para garantizar normas de reparabilidad para más productos, mientras que los gobiernos nacionales deben introducir fondos de reparación.»

Marie Castelli, responsable de asuntos públicos de Back Market, ha declarado :

«Poner fin a las técnicas de los fabricantes que impiden la reparación y el reacondicionamiento independientes es un gran paso adelante en la construcción de una economía más circular en la UE. Al abrir los mercados posventa de los productos cubiertos, este texto permitirá a los consumidores acceder a reparaciones asequibles de calidad. Ahora tenemos que ampliar esta libertad de reparación al mayor número posible de productos. Contamos con que la próxima legislatura tenga un ambicioso plan de trabajo de diseño ecológico sobre la electrónica, que es el flujo de residuos que crece más rápidamente».

Mathieu Rama, Director de Programas de ECOS, ha declarado:

«Hay que poner fin a la plaga de los residuos electrónicos, por lo que cada paso hacia productos electrónicos fácilmente reparables es una victoria para el medio ambiente. Con unos precios más razonables de las piezas de recambio y un mejor acceso a la reparación independiente, vamos en la buena dirección, pero esta directiva no basta. Abarca sólo un pequeño grupo de productos; todavía hay que incluir muchos más bajo el paraguas del diseño ecológico antes de que podamos hablar realmente de un derecho universal a la reparación.»

 

[2] Los grupos de productos cubiertos actualmente por los requisitos de reparabilidad en virtud del diseño ecológico son los siguientes: teléfonos inteligentes y tabletas, lavadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, pantallas, equipos de soldadura, servidores y, próximamente, aspiradoras.

 

Sobre la coalición Right to Repair Europe:

La campaña Right to Repair Europe es una coalición de organizaciones europeas que trabajan para un cambio en el sistema en torno a la reparación. Está formada por 130 miembros en 23 países, incluyendo ONGs, negocios de reparación, redes de reparación, y reparadoras independientes.

Contacto
Cristina   Ganapini
Coordinadora de Right to Repair Europe

Correo electrónico: info@repair.eu

Teléfono: +39 3713519473

Europa necesita un teléfono inteligente que dure 10 años: se lanza una nueva campaña

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  • Más de 200 millones de teléfonos inteligentes se venden anualmente en la UE, es decir, casi 7 por segundo.
  • El 77% de los ciudadanos de la UE preferiría reparar sus productos en lugar de comprar otros nuevos, solo alrededor del 11% reparará sus teléfonos cuando se rompan.
  • Esto se debe a que a menudo son imposibles o demasiado costosos de arreglar
  • Nueva campaña de 10 años para teléfonos inteligentes para revertir estas tendencias y hacer que los teléfonos inteligentes más duraderos sean la norma
  • Ampliar la vida útil de los teléfonos inteligentes en solo un año podría ahorrar 2,1 millones de toneladas en emisiones anuales de CO2. Ir más allá y extender la vida útil de 3 a 10 años ahorraría 6.2 millones de toneladas anuales para 2030, una reducción del 42% en su huella general.

La coalición Right to Repair Europe está lanzando la campaña de teléfonos inteligentes de 10 años para resaltar la urgencia ambiental, social y económica de que los teléfonos inteligentes duren mucho más de lo que duran actualmente.

El 23 de septiembre marca el aniversario del lanzamiento del sistema operativo Android y llega un día antes de que salga a la venta el nuevo iPhone 13 de Apple. Ambas empresas son conocidas por la corta vida de sus productos; Los teléfonos de Google solo reciben actualizaciones de software durante 3 años y los de Apple tienen un diseño irreparable, las piezas de repuesto solo están disponibles para los talleres de reparación autorizados y el uso de software como una barrera para la reparación.

“Creemos que las medidas necesarias para que todos los europeos tengan derecho a usar sus teléfonos durante al menos 10 años son clave no solo para lograr las ambiciones de sostenibilidad de Europa, sino también para crear nuevos puestos de trabajo y construir comunidades resilientes”, dice la activista de Right to Repair Europe, Chloé. Mikolajczak.

La campaña de la coalición está revelando las barreras para teléfonos verdaderamente más duraderos al establecer un crowdfunding de parodia para un producto que duraría al menos 10 años. Algunas características de un «teléfono inteligente de 10 años» incluyen:

  1. Diseño para reparación: el teléfono inteligente de 10 años es fácil de abrir, desmontar y reparar con un solo destornillador para que TODOS puedan elegir hacerlo si lo desean. Sin pegamento u otros trucos. Esto incluye baterías.
  2. 10 años de soporte de software: el soporte de software a menudo se abandona después de solo unos años, lo que afecta el rendimiento y la seguridad. El teléfono inteligente de 10 años tiene una década de soporte de software y no usa software como una barrera para la reparación
  3. 10 años de disponibilidad de piezas de repuesto: las piezas de repuesto originales a menudo son imposibles de conseguir o demasiado caras. Las piezas del smartphone de 10 años se entregarían en 24 horas.

Para ello, se recogerán los teléfonos rotos y se recuperarán las piezas en funcionamiento.Los visitantes de https://10yearphone.com/ pueden obtener más información, ver nuestro video de «lanzamiento» y firmar la carta.

De hecho, para complementar este producto de parodia, la campaña está circulando una carta, dirigida a la Comisión Europea y co-firmada por más de 25 destacados pensadores y activistas en los sectores de reparación, derechos digitales, diseño y sostenibilidad, incluida Leyla Acaroglu (Disruptive Design). , Kyle Wiens (Ifixit), Thibaud Hug de Larauze (Back Market) y David Cormand (Los Verdes).

La carta y las firmas del público se entregarán a la Comisión Europea a finales de octubre, unas semanas antes de que la Comisión Europea presente su nueva “Iniciativa de Electrónica Circular”.

En marzo de 2020, el Plan de Acción de Economía Circular de la Comisión Europea prometió un «nuevo derecho a reparar» y medidas para garantizar que los productos, servicios y modelos comerciales sostenibles se conviertan en la norma.

Pero las medidas iniciales del derecho a la reparación implementadas este año para los electrodomésticos están lejos de ser suficientes. No solo restringen las mejoras principalmente a profesionales
reparadores, no abordan los problemas centrales del costo de reparación y actualizaciones de software.

Acerca de la campaña Right to Repair:

La campaña europea Right to Repair es una coalición de más de 80 organizaciones de 18 países europeos que luchan por productos más duraderos y reparables.

Los miembros de la campaña representan a grupos comunitarios de reparación, activistas ambientales, actores de la economía social, defensores de la autorreparación y cualquier ciudadano que desee obtener su derecho a la reparación.

Acerca de la iniciativa de electrónica circular:

Una iniciativa de la UE para promover una mayor vida útil de los productos, implementar el derecho a reparar (incluido el derecho a actualizar el software obsoleto). Se espera para el cuarto trimestre de 2021.

 

Para más información, por favor contactar: 

Chloé Mikolajczak

Right to Repair campaigner

+32/486.31.18.14

chloe@therestartproject.org

Crisis en Agbogbloshie debido al desmantelamiento forzado del vertedero

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Julio de 2021

  • La semana pasada, el gobierno regional de Accra (Ghana) empezó a desmantelar el barrio de Agbogbloshie, su mercado y su vertedero electrónico, donde miles de personas trabajan en condiciones lamentables.
  • Se pretende así desplazar 30 kilómetros al norte la actividad de la zona, poniendo en peligro el medio de vida de numerosas familias, y sin garantizarles un entorno laboral aceptable.
  • El abordaje del problema desde un enfoque local, complica la situación de las trabajadoras y trabajadores de la zona, que en realidad son víctimas del modelo productivo asociado a la electrónica, que sostiene el estilo de vida tecnodependiente de las sociedades del Norte Global.

En Accra, la capital de Ghana, se encuentra uno de los vertederos electrónicos más grandes del mundo. Su nombre, Agbogbloshie, hace referencia al barrio donde se ubica, estando en el centro de la ciudad. En el mismo, gente de diversos lugares, a menudo del norte del país donde se encuentra la población con menos recursos, acude en busca de un trabajo como única forma de supervivencia.

El 28 de junio de 2021, Henry Quartey, Ministro Regional del ‘Gran Accra’, ordenó el desmantelamiento de Agbogbloshie dentro de su agenda «Hagamos que Accra funcione». Empezando por los comerciantes de cebollas del mercado, hasta los recolectores de chatarra del vertedero, esta campaña pretende acabar progresivamente con la actual actividad del barrio de Agbogbloshie, y trasladarlo a Adjen Kotoku a unos 30 km a norte.

La policía y varios medios de seguridad han entrado en Agbogbloshie con gases lacrimógenos, y disparando balas de goma para dispersar a los comerciantes que se amotinaban en el barrio. Ordenan su inmediata evacuación, demoliendo todo con excavadoras, y retransmitiendo con orgullo lo que llaman la «toma de posesión de Agbogbloshie» para redes sociales y los medios de comunicación.


Se puede considerar que Agbogbloshie es un centro de economía circular. Sin embargo, las condiciones en que se recicla son lamentables. Sin protección ni medios apropiados que garanticen un adecuado reciclaje, las personas se exponen a una manipulación de tóxicos que, frecuentemente, implica consecuencias muy graves en su salud. Gente muy joven, incluso niños, recuperan del vertedero metales pesados ​​para revenderlos, habiendo igualmente muchas mujeres y niñas que principalmente venden comida y agua para beber, lavarse y apagar el fuego de la quema de cableados.

La quema de estos residuos hace que la población que pasa su día a día en Agbogbloshie respire de manera continua una nube de tóxicos, reflejándose en elevadas tasas de metales pesados ​​en su sangre y orina, y en enfermedades respiratorias, cutáneas, cardiovasculares y cáncer. Todo esto ocasiona un impacto social brutal, que no solo sufre la gente del propio vertedero, sino todo su alrededor: el mercado de frutas y verduras, las escuelas, los templos y las viviendas. Esta situación también supone un desastre medioambiental, ya que el río y los animales de la zona están totalmente contaminados.


Aun así, hay que destacar que el vertedero de Agbobloshie y sus alrededores constituyen el medio de subsistencia de miles de personas de la zona, sin el cual se verían abocadas a una situación de precariedad aún mayor. Es por ello que el desmantelamiento inmediato del vertedero pone en una situación de gran vulnerabilidad a las personas que trabajan cada día, y la zona del mercado, siendo estas actividades su principal medio de subsistencia.

Pedimos que se ponga fin a la violencia ejercida por la campaña de desmantelamiento y reubicación de Agbogbloshie, garantizando que el desplazamiento a Adjen Kotoku comporte una mejora de las condiciones laborales de todas las personas, de la comunidad y del entorno. Hay mucha población a la que la están arrebatando lo poco que tiene, a la que se le está exigiendo un abandono inmediato de su actual forma de vida. El gobierno local de Henry Quartey debe garantizar la seguridad, en un proceso totalmente pacífico donde se respeten los derechos humanos de todas las personas de Agbogbloshie. Las nuevas instalaciones de Adjen Kotoku deben asegurar unas condiciones laborables justas, que minimicen los actuales impactos sociales y medioambientales.

El caso de Agbogbloshie no es un caso aislado. La raíz del problema trasciende más allá de Ghana. El modelo productivo y de consumo mundial a la que nos exponemos acaba implicando consecuencias muy graves en países empobrecidos, a pesar de ser estos los que menos contribuyen a este modelo capitalista. Según los últimos datos 2019 se generaron 53,6 millones de toneladas de basura electrónica en el mundo, de las que sólo se gestionaron apropiadamente el 17,40%. Hay bastante incertidumbre sobre una cifra importante de residuos que terminan en el tráfico ilegal enviado a países como Ghana, donde no hay recursos para ser reciclados adecuadamente. Ante un problema global pedimos una solución global. Todas las partes implicadas deben asumir su parte de responsabilidad: fabricantes, instituciones políticas y administraciones públicas, y quien consumimos los aparatos electrónicos.

Aprovechamos este comunicado para hacer esta petición extensible a la multitud de vertederos de países empobrecidos que reciben basura electrónica de países enriquecidos. El Convenio de Basilea que regula estos movimientos ilegales debe cumplirse y auditarse, evitando la exportación de tóxicos a los que precisamente menos generan.

Como consumidoras, no olvidemos que la solución pasa no solo por reciclar adecuadamente en origen, sino por la reducción de nuestro consumo, así como apostar por la reparación y reutilización.