MEDIDAS PARA UNA TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y DIGITAL JUSTA

La crisis climática es ya una realidad que obliga a adoptar una transición energética, abandonar los combustibles fósiles y apostar por las energías renovables. Sin embargo, el planteamiento político y económico actual de las grandes potencias económicas no nos encamina a hacer una transición justa y verdaderamente sostenible.

 

Los planes de transición, en los que el vehículo eléctrico privado tiene un papel protagonista, están generando un fuerte aumento de la demanda de ciertos metales y minerales. La Unión Europea se ha unido a esta competición global y las ha denominado materias primas críticas. Además, está firmando acuerdos estratégicos con varios países del Sur Global para proveerse con su extracción.


Estos acuerdos comerciales se presentan como beneficiosos para ambas partes, pero se fundamentan en relaciones internacionales desiguales, puesto que no facilitan las transiciones energéticas de los países emergentes ni su capacidad para industrializarse y beneficiarse de sus propios recursos.

Además, la minería es el sector más contaminante y causa graves daños medioambientales, como la degradación de los suelos, la contaminación del agua, la pérdida de biodiversidad o las emisiones de efecto invernadero. También provoca fuertes impactos sociales, como el desplazamiento de comunidades, conflictos sobre el uso de la tierra, malas condiciones de trabajo, afectaciones a la salud pública, la carencia de transparencia en los procesos, y la corrupción, entre otros. La minería en aguas profundas también conlleva daños medioambientales irreversibles.

Elaborado por SETEM Catalunya.
Con la colaboración de Amigas de la Tierra

Minerales de transición energética y vulneraciones de los derechos humanos

Solo en la última década, se han registrado más de 600 acusaciones de violaciones de los derechos humanos directamente relacionadas con la extracción de minerales de “transición verde” en todo el mundo, especialmente en México y Centro y Sudamérica y en el continente africano. Desde 2012, 1.910 defensoras han sido asesinadas para proteger nuestro planeta. Sin embargo, La UE está estableciendo vínculos comerciales con algunos de estos países.

La responsabilidad de la UE en la generación de residuos

Los estados miembros de la UE y otros países de renta alta utilizan 6 veces más recursos mineros que los países de renta más baja, pero producen menos del 5%. De este modo, desplazan los impactos ambientales y sociales de la minería a los países del Sur Global, tratándolos como meras fuentes de materias primas al servicio del modelo de crecimiento insostenible del Norte Global, y repitiendo vínculos coloniales.

¿Es posible hacer una transición justa?

Primero se tiene que poner freno al derroche de recursos: en 2022 se generaron en el mundo 62 millones de toneladas de residuos electrónicos que contienen materias primas críticas, pero solo el 22,3% se recicló debidamente.

En segundo lugar, se tiene que reducir la demanda de materias primas críticas en el Norte Global. Según el estudio publicado por Amigas de la Tierra, si se llevaran a cabo varias medidas de economía circular y suficiencia, se podría reducir un 34% de la demanda media, y cubrir hasta un 67% de esta demanda ya reducida solo a partir del reciclaje. La necesidad de extracción primaria a las minas se reduciría así en un 49%.

OTRAS MEDIDAS PROPUESTAS

→ Cambiar el modelo de movilidad, reduciendo de manera drástica el número de vehículos privados y limitando el tamaño de las baterías eléctricas, puesto que los vehículos eléctricos representan entre un 50 y un 60% de la demanda de materiales por las tecnologías de bajas emisiones de carbono; y apostar por el transporte público, la movilidad activa, la movilidad compartida y la disminución del número de desplazamientos. Alargar la vida útil de las tecnologías eólicas, fotovoltaicas y de los vehículos eléctricos. Desarrollar la industria de la minería urbana para recoger y reciclar suficientes materiales para cubrir buena parte de la demanda entre 2020 y 2050 a partir del reciclaje. → Planificar el suministro de materias primas desde una perspectiva de justicia global que evite reproducir las desigualdades internacionales existentes y que tenga en cuenta un reparto equitativo de los recursos a nivel global. → Garantizar que las políticas relacionadas con las materias primas y los proyectos mineros cuenten con la participación de las comunidades locales afectadas dentro y fuera de la Unión Europea. → Priorizar los modelos colectivos, como las comunidades energéticas, que garantizan una soberanía energética, la alfabetización energética de la población y un consumo eficiente. → No permitir la minería en zonas protegidas.