Pablo Rojas Madariaga/Danwatch

Mientras la demanda global de litio chileno se dispara, la búsqueda de nuevos yacimientos sigue aumentando. Algunas comunidades indígenas del país están luchando contra la apertura de más minas.

Nikolaj Houmann Mortensen / @DanWatchDK

La llamada “fiebre del oro blanco” se propaga por Chile. Debido al elevado crecimiento del sector de las baterías y los vehículos eléctricos, se calcula que la demanda global de litio se triplicará durante los próximos seis años. Como las previsiones iniciales de explotación ya han quedado desfasadas, el Ministro de Minas acaba de anunciar que se harán prospecciones “en más de 50 cuencas salinas” repartidas por todo el país.

 

Sin embargo, el crecimiento de las empresas mineras y la búsqueda de nuevos yacimientos también está generando conflictos con las comunidades indígenas del país, que están muy preocupadas por la conservación de los ecosistemas, la agricultura y los territorios ancestrales.

 

Un ejemplo es el Salar de Coipasa, cercano a la frontera boliviana, donde la empresa canadiense Lithium Chile está adquiriendo terrenos para explotar nuevos yacimientos de litio. Poco tiempo después de que esto se hiciera público, integrantes de la comunidad aimara de Ancovinto empezaron a manifestarse en contra de estos proyectos e impidieron que la empresa pudiera acceder a los humedales de los alrededores.

 

Después de que la explotación de litio de la cuenca salina de Atacama generase conflictos por los escasos recursos hídricos a centenares de kilómetros de Ancovinto, esta comunidad ubicada en un territorio elevado y con bastantes problemas de aridez está preocupada por los posibles impactos de la minería en los cultivos de quinoa y las manadas de llamas.

“El pueblo aimara ha sobrevivido miles de años en esta tierra con sus cultivos y sus manadas”, explica a Danwatch un miembro de la comunidad que forma parte de la plataforma contraria a la minería Ancovinto Resiste y que prefiere mantener el anonimato.

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“Defendemos nuestra comunidad indígena y seguiremos defendiéndola para evitar que sea saqueada, explotada y contaminada por la extracción de litio”, afirma en un mensaje.

 

DEMANDA CONTRA LA COMUNIDAD

Gracias a la compra de muchos terrenos para iniciar proyectos de explotación de litio, Lithium Chile se ha convertido en uno de los principales propietarios de las llanuras salinas, que acumulan gran cantidad de este metal.

El mes de abril de este año, la empresa canadiense anunció que las comunidades locales habían aprobado su programa de explotación de los terrenos del Salar de Coipasa. “Lithium Chile es una empresa líder en extracción de litio por lo que se refiere a su capacidad para trabajar constructivamente y conseguir el apoyo de las comunidades locales”, decía la nota de prensa.

Sin embargo, al cabo de pocos meses se demostró claramente que Ancovinto no apoyaba la propuesta. La empresa presentó una demanda ante el tribunal local de minería en que solicitaba una orden judicial para entrar en la zona, ya que algunos integrantes de la comunidad les bloqueaban el paso.

Según Ancovinto Resiste, la empresa no había explicado claramente en qué consistía la propuesta ni qué consecuencias podía tener la actividad minera, y estaba intentando aprovecharse de “la humildad y de la falta de conocimientos” del pueblo.

Según los comunicados de prensa difundidos por Lithium Chile, la autorización judicial está a punto de llegar. Sin embargo, los miembros de la comunidad de Ancovinto han asegurado a Danwatch que continuarán impidiendo el acceso de la empresa a sus terrenos. Como el gobierno chileno no está defendiendo el territorio de las comunidades indígenas, lo harán ellas mismas, afirma Ancovinto Resiste.

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“Las empresas vienen aquí para satisfacer la demanda generada en los países del Norte Global y suministrar materias primas para su industria. Se están reproduciendo las estructuras coloniales, ya que destruyen nuestra flora y nuestra fauna para cubrir la demanda de coches eléctricos en Alemania, Estados Unidos y Canadá”, afirma una persona en representación de Ancovinto Resiste que prefiere no revelar su identidad.

Lithium Chile indicó a Danwatch que no hará declaraciones sobre este tema hasta que acabe el proceso judicial.

UN TEMA SAGRADO

A centenares de kilómetros al sur de Coipasa hay una cuenca salina que también está a punto de ser explotada: Maricunga. Con una superficie un cinco por ciento menor que la llanura de Atacama, lugar de donde actualmente procede prácticamente todo el litio extraído en el país, se calcula que Maricunga acumula las segundas reservas más importantes de este metal.

Sin embargo, con el ingente consumo de agua que necesita esta industria, las previsiones de abrir minas de litio en el territorio preocupan a la comunidad colla de Paipote. Durante los últimos años ha habido periodos de sequía y en la actualidad, las minas de oro cercanas están utilizando gran parte de los recursos hídricos de la zona, según denuncia la población colla.

 

“Quieren extraer el litio cueste lo que cueste. Esta tierra es sagrada para nosotros porque es donde pastura y se alimenta el ganado, celebramos rituales y todavía hay muchos yacimientos arqueológicos”, explica Ercilia Araya, presidenta de la comunidad.


DENUNCIAS POR EL ROBO DE AGUA

 

En las montañas nevadas de los alrededores hay algunos monumentos funerarios dedicados a los antepasados indígenas que todavía acogen ceremonias comunitarias. Pese a que son sagrados para los colla, formalmente las comunidades actuales no tienen derechos sobre la tierra ancestral. Como Chile es uno de los pocos estados del mundo donde los recursos hídricos y la gestión del agua está casi totalmente en manos privadas, la comunidad colla de Paipote se encuentra en una clara situación de desventaja. En este sentido, Ercilia Araya ha sido investigada varias veces como representante de la comunidad por robo de agua, puesto que se sospechaba que algunas personas habían utilizado fuentes que no les pertenecían.

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Por lo tanto, la posibilidad de que las empresas mineras adquieran más derechos sobre el agua es algo que preocupa a las comunidades. Además, parten de una posición de inseguridad para negociar, según el abogado Ariel León, asesor de la comunidad de Paipote, vinculado a la Asamblea Originaria por la Descolonización y la Plurinacionalidad (ASODEPLU).

 

“Lo tenemos muy complicado para denunciar la extracción de litio porque todavía no nos reconocen los derechos sobre nuestro propio territorio”, afirma.

 

VULNERACIÓN DE LOS CONVENIOS

Chile ha firmado el Convenio 169 de la OIT que obliga a los gobiernos a consultar a los pueblos indígenas antes de la aprobación de grandes proyectos que afectan el territorio. Pero los colla aseguran que nadie los consultó antes de que los proyectos de explotación de litio aparecieran en los medios.

“Nos enteramos por la prensa de que SQM había llegado a un acuerdo para explotar Maricunga. Nadie le preguntó al pueblo colla si quería estas minas en su territorio”, afirma Ariel León.

“La comunidad de Paipote tiene su propio sistema de desarrollo y en algunos casos ha autorizado la existencia de actividades extractivas. Pero nunca habría permitido una minería que explote sus recursos hídricos. Nos quejamos porque se ha vulnerado el Convenio 169 de la OIT; no nos han consultado”, añade León

 

CONSULTAS ANTES DE INICIAR LAS PROSPECCIONES

 Además de SQM, la empresa australiano-canadiense Salar Blanco está intentando desarrollar un proyecto de extracción de litio en la cuenca de Maricunga con la empresa minera de cobre Codelco, propiedad del estado chileno. Se prevé que las actividades empiecen en 2020 o a principios de 2021, según ha declarado Codelco.

Ercilia Araya denuncia que algunos miembros de la comunidad han visto camiones de empresas de litio que parecían estar extrayendo muestras para hacer prospecciones en sus territorios.

Danwatch ha consultado este tema con la antigua asesora técnica de la OIT para el despliegue del Convenio 169, Birgitte Feiring. Aunque afirma que no puede opinar sobre el caso chileno, se remite al artículo 15 del convenio, que menciona explícitamente que los pueblos indígenas afectados deben ser consultados antes “de emprender o permitir cualquier programa de prospección o explotación de los minerales o recursos del subsuelo”.

“Aquí, el convenio es muy explícito: se debe consultar tanto antes de la prospección como de la explotación”, afirma Feiring.

En un correo electrónico enviado a Danwatch, SQM niega haber iniciado ningún tipo de prospección.

“Si SQM decide llevar a cabo una actividad, iniciará los procedimientos correspondientes”, explica el vicepresidente de la empresa minera, Alejandro Bucher.

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Per la seva banda, Codelco també nega haver iniciat prospeccions, ja que primer cal una autorització mediambiental. No obstant això, afirma que s’ha posat en contacte diverses vegades amb la comunitat de Paipote.

 

“Una vegada vam explicar-los el projecte de prospecció i vam demanar-los informació per incloure-la a la sol·licitud mediambiental”, respon Codelco mitjançant un comunicat enviat a Danwatch.

 

Malgrat les nombroses peticions de Danwatch, Salar Blanco i l’empresa australiana Lithium Power International –propietària del 50 % de les accions– no han volgut fer declaracions.