Un punto de inflexión: la Ley de Materias Primas Críticas debe ser justa para las personas y el planeta

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Nos sumamos al posicionament promovido por más de 40 organizaciones de la sociedad civil, para pedir que la Ley de Materias Primas Críticas tenga una transición social y verde justa.

El siglo XXI exige esfuerzos globales que aporten soluciones a múltiples crisis de naturaleza social y medioambiental que también tienen repercusiones negativas en las economías. Tenemos muchas soluciones a nuestro alcance, pero exigen voluntad política para avanzar (como la legislación sobre ecodiseño de productos o las prohibiciones de algunos productos), y discurso político para desarrollar nuevas herramientas (como los límites a la producción de energía) que darán lugar a una transformación social justa que devuelva a la humanidad cómodamente dentro de los límites planetarios. 

La mayoría de las crisis sociales y medioambientales a las que nos enfrentamos son el resultado del consumo excesivo de recursos debido a modelos de producción y consumo insostenibles en sociedades cada vez más desiguales, independientemente del nivel de desarrollo de cada país.

Presentamos el posicionamiento firmado por 43 organizaciones de la sociedad civil, que profundiza en les principales cuestiones que se plantean en este contexto en relación a la Lei de Materias Primas Críticas (CRMA por sus siglas en inglés) con algunas recomendaciones:

  1. La UE debe reducir activamente su dependencia en las materias primas primarias y aplicar soluciones del lado de la demanda para disminuir el consumo de materias primas en al menos un 10% para 2030, incluyendo la eliminación progresiva de los productos de un solo uso que contengan materias primas críticas, la aplicación de un sistema de pasaporte de materiales y la adopción de programas nacionales para promover la eficiencia de los materiales y el uso de materiales alternativos.
  2. La CRMA no debe basarse únicamente en los sistemas de certificación para determinar la sostenibilidad de un proyecto, ya que la certificación por sí sola no garantiza el cumplimiento de la normativa obligatoria en materia de derechos humanos y medio ambiente; en su lugar, debe llevarse a cabo una evaluación más amplia de los derechos humanos y el desempeño ambiental. Si la certificación se acepta como una herramienta de varias, debe completar criterios como la gobernanza de múltiples partes interesadas, la adhesión a normas exhaustivas, reglas de divulgación, mecanismos de reclamación accesibles e informes públicos de auditoría.
  3. El foco que la CRMA pone en lograr la seguridad del suministro de la UE a través de asociaciones carece de un enfoque de justicia global y de medidas concretas para garantizar las normas de sostenibilidad, la participación de la sociedad civil y la protección de los derechos humanos y el medio ambiente en terceros países; las recomendaciones incluyen alinear las asociaciones con los acuerdos internacionales, aplicar mecanismos sólidos de supervisión y reparación, definir el «valor añadido», apoyar la industrialización nacional, implicar a la sociedad civil y a los pueblos indígenas, garantizar la transparencia y evitar el debilitamiento de los compromisos a través de otras normativas o acuerdos comerciales.
  4. El hecho de que la CRMA se centre en acelerar los procedimientos de concesión de permisos para proyectos de materias primas críticas entraña el riesgo de pasar por alto las salvaguardias medioambientales y sociales y carece de aceptación pública. La agilización de los permisos no debe producirse a costa de la protección ambiental y la participación pública efectiva.  Elementos como el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) y los derechos de los pueblos indígenas deben estar en el centro de los proyectos.  Estos deben hacer referencia a los instrumentos internacionales, y asimismo se deben asignar recursos a las autoridades encargadas de conceder licencias, garantizar la transparencia, establecer un subgrupo sobre sostenibilidad y minería responsable dentro del consejo de materias primas críticas. La minería en aguas profundas debe prohibirse debido a sus posibles impactos ambientales y sociales.
  5. Para el éxito del Pacto Verde Europeo y la autonomía estratégica de la UE, es crucial dar prioridad a un enfoque de economía circular en la CRMA mediante la aplicación de una ambiciosa estrategia de reciclaje, la mejora de la coherencia con la jerarquía de residuos, el aumento de los objetivos de capacidad de reciclaje de la UE, la mejora de la recogida y separación de los componentes que contienen Materias Primas Críticas (CRM por sus siglas en inglés) la introducción de objetivos de contenido reciclado para todos los productos que contienen CRM, la incorporación de medidas para la contratación pública y la garantía de que la recuperación de los residuos mineros siga una normativa exhaustiva e incluya planes de remediación de la contaminación histórica.
  6. La CRMA debe incluir normas exhaustivas para calcular y verificar la huella ambiental de las materias primas críticas. Para ello, se deben contemplar criterios claros para determinar una huella ambiental significativa, teniendo en cuenta el impacto sobre la circularidad y el reciclaje, las normas internacionales y las prácticas sostenibles, la realización de evaluaciones previas y consultas con las partes interesadas pertinentes, la posibilidad de que el Comité Científico Consultivo Europeo sobre el Cambio Climático proporcione asesoramiento científico, la garantía de declaraciones de huella ambiental para todas las materias primas críticas comercializadas, incluidos los productos intermedios y finales, y la adopción de actos delegados para establecer clases de comportamiento en materia de huella ambiental con parámetros específicos.

Consulta todas les recomendaciones en el Documento de Posicionamento oficial.