Con el objetivo de afrontar el reto que supone el creciente volumen de producción de aparatos eléctricos y electrónicos, desde SETEM Catalunya recogemos varias propuestas dirigidas a la administración pública, las empresas y los fabricantes y las personas consumidoras.

 

Por qué cada vez hay más residuos eléctricos y electrónicos?

La creciente cantidad de residuos electrónicos es provocada principalmente por un consumo más elevado de dispositivos electrónicos, ciclos de vida cortos de los productos, y pocas opciones de reparación asequibles.

Los productos tienen muy poca utilidad. Por otro lado, la obsolescencia programada es una práctica encara tendido entre los fabricantes. No existe ninguna ley que la prohíba, y los productos se diseñan para tener una vida limitada, y ser difíciles de reparar o irreparables. La reparación no ha sido promovida ni por fabricantes, ni distribuidoras, ni gobiernos como la primera opción por las consumidoras. Muy a menudo las marcas sustituyen los aparatos defectuosos de los clientes por unos de nueces dentro de la garantía, y los servicios de reparación ofrecidos son limitados dentro y fuera del plazo de la garantía del producto. Además, los fabricantes venden los recambios a precios altos, lo cual hace que la reparación no compense económicamente a las consumidoras.

 

Las personas detrás de nuestros aparatos

Antes de convertirse en un residuo, nuestros aparatos han hecho un largo recorrido hasta llegar a nuestras manos. En este recorrido, se están produciendo actualmente graves
vulneraciones de derechos humanos y ambientales.

Los dispositivos eléctricos y electrónicos son productos intensivos en minerales y tierras raras. La extracción de materias primas por su producción ha generado durante las últimas décadas varios conflictos socioambientales, en especial a países del Sur Global: explotación laboral, carencia de seguridad, alta exposición a tóxicos, trabajo infantil, precio injusto, financiación de grupos armados, contaminación, acaparamiento de agua y de tierras, deforestación, entre otros daños. Las mujeres y niños sufren estos impactos de forma agraviada, siente los proyectos extractivos un factor que perpetúa la desigualdad de género.